La familia cristiana está llamada a tomar parte viva y responsable en la misión de la Iglesia. La familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio donde el Evangelio sea transmitido y desde donde este se irradie.
La Iglesia sabe que los padres y quienes colaboran con ellos, especialmente los catequistas, tienen la obligación y el derecho de educar en la fe a los más pequeños. Por esto les ofrece su ayuda de muchas maneras, pero, sobre todo, les pide el testimonio de su vida cristiana.
Invitar a un niño a descubrir a Dios es ayudarle a entrar en el camino de fe que realizan los adultos que lo acompañan, especialmente los padres. A través de ellos, los hijos viven la primera experiencia de Dios: al ser amados, descubren qué es el amor; al ser perdonados, el perdón; cuando ven compartir, ellos comparten; respetando su libertad les invitamos a vivir y a ser responsables; si oramos con ellos, les vamos descubriendo la presencia de Dios.
Por este motivo, desde nuestras tres comunidades cristianas de Bailén, queremos proponeros esta experiencia de catequesis familiar. Una experiencia que ha sido realizada con muchas familias, que viven también en situaciones diversas. Una experiencia real con abundantes frutos. Esta experiencia la ofrecemos, sobre todo, en este primer año de catequesis, conocido como el “despertar religioso”, en el que los niños/as empiezan a dar sus “primeros pasos en la fe”, como indica el título del catecismo que vais a utilizar de referencia.
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