¿Habrá razones para seguir confiando?
CONFIAR es difícil (y más hoy): desconfiamos de nosotros mismos, de las instituciones, de los políticos, de la Iglesia, de nuestros amigos, de los conocidos y los desconocidos…
Pero hay alguien, Alguien, que sigue confiando en nosotros… Hacia Él nos dirigimos en este camino de Adviento, con Él queremos confiar. Con Él también queremos volver a nacer. ¡Buen camino! ¡Buen adviento! Que al final podamos decír: Contigo confío, camino y amo.

Si, voy a recorrer el camino del Adviento. Me levantaré, alzaré la cabeza ilusionada.
Confiar, plenamente en Dios, pero quiero confiar en el hermano y él que confíe en mí y no defradar al que en mí confió.
Voy a recorrer el camino del adviento, con alegría, con esperanza, en familia. Me preguntaré ¿qué significa el adviento para mi? ¿cómo de presente está en mi día a día? ¿cómo transmitirlo a mis hijos ? ¿Qué ejemplo les estoy dando? No quiero hacerlo sola, así que contad conmigo para recorrer el camino.