El lema de nuestro Adviento de este año es “RAZONES PARA CONFIAR”. Del domingo tercero viene otra razón, que ha de servirte de guía durante toda la semana. Entra y mírala.
SOFONÍAS 3,14-18a
Lucas 3,10-18
Deja tu miedos. Y deja que el gozo de Dios te llene en este domingo de la alegría del Adviento. Construye… porque tienes en tus manos la capacidad de dar voz a los que no tienen voz, de poner palabra a los que han sido despojados de ella. Todos tienen derecho… ¡¡¡TODOS!!! de poder gritar jubilosos.
¿Qué haces? ¿Qué hacemos? ¿Qué aspectos concretos te planteas para lograrlo? Empieza por algo fácil, por tu día a día: el saludo, la sonrisa, el tener los ojos bien abiertos a las necesidades de los demás. Es el modo más sencillo de construir y dar al mundo #razonesparaconfiar. ¿Por qué no piensas en algunas?
Resume en un comentario tus #razonesparaconfiar y compártelas.
Es curioso como el tiempo de adviento nos invita reflexionar: hay futuro, es posible caminar, no hay temor…… nos da claves fundamentales, la primera semana nos dice que «hay futuro», nos dice que confiemos, que tengamos confianza en nosotros mismos y sobre todo en Dios Padre, la segunda razón «es posible caminar», nos motiva a ponernos en camino, esta semana «no hay temor», nos motiva a dejar el miedo, a lo que hay, después de empezar a caminar, nos invita a ir a un viaje donde nos sentiremos escuchados, seguros y sobre todo amados por Dios Padre, nos invita a atrevernos, tenemos la oportunidad de empezar y terminar el camino y ello depende sólo de nosotros ¿qué queremos ser?, ¿en qué queremos convertirnos? ¿que soñamos? ¿qué esperamos en este tiempo de adviento?, todo es posible, sólo hay que llegar al final del camino…………. Me aventuro a decir que la última razón nos llevará a celebrar la alegría de encontrarnos con Jesús.
No hay temor. La resurrección de Lázaro: «¡Lázaro, ven afuera!».
Jesús cumple su Promesa. En Marta y en Lázaro da razones para confiar, es una imagen representativa de la pesadumbre y del desconsuelo del hombre, enmarcados en el tiempo. En ellos implantan las tres virtudes teologales para caminar hacia Él.
La muerte es incompatible con la vida. Dios nos dio Vida. La muerte no tiene cabida en Lázaro. Jesús nos hace ver en él su Gloria y su Poder sobre la muerte. En la resurrección de Lázaro, Jesús proyecta un avance de realidades escatológicas de la humanidad al final de los tiempos determinados por Dios.
Jesús anima a Lázaro a salir del socavón donde se halla, lo llama hacia Él, no teme, no hay temor, la fe en su amigo lo levanta del óbito y comienza a caminar entre dificultades; e invita a los testigo allí presente del extraordinario suceso a que salgan a su encuentro para ayudarlo. Él no va personalmente sino que les pide que sean ellos quienes ayuden al oprimido. Jesús establece la caridad al prójimo. Hay futuro para Lázaro.
Jesús también despierta a Marta de la hibernación de la muerte, se dirige íntimamente a ella, como figura de una sociedad inquieta por los quehaceres cotidianos y despreocupada por los asuntos de Dios, pone a prueba su fe e le insiste, cara a cara para captar su atención (sensiblemente dolorida que le impide ver) y arraigarle la esperanza de la Promesa.
Lázaro y Marta ven la resurrección esperanzadora, la vuelta a nacer, ellos reconocen la voz de su amigo y se levantan; les es posible caminar. Jesús prefigura en su amigo y en Marta nuestra, resurrección día a día.