Ha sido un día espléndido. A las 6.00 de la mañana se reunía una multitud de fieles en la Iglesia de La Encarnación. Algunos, los que no pueden caminar, para despedirse de la Virgen que se iba a Zocueca; los otros, los que caminan, para prepararse con la eucaristía mañanera para el recorrido que había que hacer.
Después de parar en la iglesia de El Salvador, y de ofrecer en el barrio las sevillanas a la Virgen, hemos seguido nuestro camino hacia la aldea, a la que hemos llegado a las 11.00.
Todo estaba allí preparado para celebrar la segunda eucaristía, en la que han participado lugareños y peregrinos.
Y después la imagen de la Señora ha recorrido las calles de la aldea, acompañada por sus devotos.
El día ha acabado con el rezo de la oración de la tarde y el canto de la salve a partir de las 18.00 horas.