Esta semana tiene lugar el via crucis en la catequesis

Esta semana, tal y como está previsto en el calendario de curso, los niños de la catequesis y sus padres tendrán la celebración el via crucis. Será con cada nivel el día y hora habituales de catequesis. Los grupos de nivel primero, a las 16.00 horas, el día correspondiente en cada parroquia. Y todos los demás niveles, a las 17.00 horas, también el día de costumbre.

Qué es el via crucis

La expresión latina «Vía Crucis» significa «camino de la Cruz», es decir, el que recorrió Cristo durante su Pasión, desde el pretorio de Pilatos hasta el Calvario. Dicha expresión se utiliza también de modo habitual para designar una forma de oración acompañada de meditación sobre los acontecimientos ocurridos en ese camino de Cristo, al que se añaden el hecho de su muerte en la cruz, el descendimiento de la misma y su sepultura. Junto a diversas oraciones, en general de penitencia y arrepentimiento, se van intercalando catorce meditaciones, que se llaman «estaciones», porque los que hacen este ejercicio de piedad se detienen unos momentos para meditar en cada uno de los acontecimientos o escenas del camino de la cruz.

Los precedentes del vía crucis datan de los primeros siglos del cristianismo, de la piadosa compasión con que los cristianos primitivos veneraban los pasos de la Vía Dolorosa. La española Eteria, peregrinó a Tierra Santa en el siglo IV. Y en su Peregrinatio describe el ejercicio piadoso de los cristianos de Jerusalén, recorriendo durante la Semana Santa el camino del Calvario. A partir de la edad media esta tradición se trajo a Europa. En muchos lugares, especialmente en sitios montañosos, a imitación de la Vía Dolorosa de Jerusalén se levantaron 14 ermitas, dentro de las cuales se veneraban cuadros o grupos escultóricos que representaban las escenas de la pasión.

La mayoría de las catorce «estaciones» de las que consta han sido tomadas del Evangelio, otras fueron añadidas por la tradición piadosa del pueblo cristiano.

La práctica del Via Crucis, pues, viene a arrancar de los primeros siglos y se halla muy extendida entre los cristianos. Es necesario meditar y conocer bien la vida y persona de Cristo, también su pasión y muerte, para facilitar la identificación con él a que está llamado todo cristiano. Esta devoción nos da la oportunidad de contemplar la pasión y muerte de Jesús, nuestro Salvador. Así nos sentimos más unidos a Jesús y, cuando llevamos por amor a Jesús la cruz de cada día podemos decir, como San Pablo: «Completo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1,24).

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