Convocados al Sínodo, para trabajar por una iglesia sinodal

INVITADOS AL SÍNODO

El papa Francisco nos ha invitado a todos a participar en el Sínodo que tendrá lugar desde octubre de 2021 a octubre de 2023.

Pero, ¿que es un sínodo? La experiencia sinodal en la Iglesia tiene una larga historia, pero el sínodo de los obispos, tal y como hoy está configurado, comenzó a existir, instituido por Pablo VI, el 15 de septiembre de 1965. Con esta institución respondía el Papa a los Padres Conciliares que le habían expresado el deseo de que continuara viva aquella experiencia colegial de encuentro, diálogo y discernimiento que había tenido lugar en el Concilio Vaticano II.

Según el Código de Derecho Canónico, «el Sínodo de los Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los Obispos, y ayudar al Papa con sus consejos para la integridad y mejora de la fe y costumbres y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo» (CIC 342).
Antes de celebrar la asamblea de los obispos, se consulta a una serie de expertos en el tema sobre el que versará el sínodo y también a una porción escogida del pueblo de Dios, tras lo cual se redacta el documento de trabajo sobre el que dialogarán los obispos congregados.

UN SÍNODO SINGULAR

Este Sínodo al que somos convocado ahora por el papa Francisco es singular por dos motivos.

El primero, el tema que se tratará en él; no es un tema particular, como por ejemplo, los que se trataron en los dos sínodos anteriores: los jóvenes (2018) y la Amazonia (1919). El tema sobre el que va a versar este sínodo es global: la sinodalidad; es decir, toca la esencia de la Iglesia, que es, por definición un pueblo «convocado» (ekklesia > Iglesia) y un pueblo «que camina unido», un pueblo «que hace camino común» (synodos > camino común).

El segundo motivo es que en este Sínodo no será una porción escogida del pueblo creyente la consultada. La consulta es para todo el pueblo cristiano. Y es lógico, pues siendo un sínodo sobre nuestra ser Iglesia, es lógico que toda la Iglesia tenga una palabra que decir.

Algo más: en los sínodos anteriores, la percepción de la gente es que el sínodo es la asamblea de los obispos, mientras que todo lo demás que lo precede es «preparación». En esta ocasión, la documentación por la que el Sínodo se rige deja muy claro que tenemos que considerar que «el proceso sinodal ya no es sólo una asamblea de obispos, sino un camino para todos los fieles, en el que cada Iglesia local tiene una parte esencial que realizar» (Vademécum 1.3).

UN ITINERARIO PARA LA IGLESIA UNIVERSAL

El Sínodo no es un acontecimiento, es un proceso, un camino, cuya etapa final es la asamblea de los obispos y el documento que el Papa dirigirá a todos los cristianos y que emanará de ella. Pero siendo importante esta etapa final, en el Documento preparatorio se nos recuerda que la finalidad del Sínodo «no es producir documentos, sino hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, ven-dar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros, y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos» (Documento preparatorio 32). Es decir, que lo importante de este camino común que estamos llamados a recorrer no es solo el tramo final o la meta, sino que todos los tramos son valiosos, porque todos son parte del camino común, y, sin ellos, el final no ocurría.

El itinerario para la Iglesia universal en este Sínodo es desde octubre de 2021, en el que comienza la fase diocesana, hasta octubre de 2023, en el que tendrá lugar la asamblea de los obispos en Roma. En medio de estos dos extremos tiene lugar la fase continental.

La fase diocesana, a la que está invitadas a participar todas las diócesis del mundo y otras realidades eclesiales, se desarrolla entre octubre de 2021 y abril de 2022.

LA FASE DIOCESANA EN JAÉN

Después de la presentación, que tuvo lugar en cinco lugares de la Diócesis, de la elección de los responsables parroquiales y de la formación de los mismos y de sus equipos, y del eucaristía de apertura que tuvo lugar el domingo 17 de octubre en la catedral de Baeza, presidida por nuestro Obispo, la fase diocesana del Sínodo en Jaén se desarrollará en cinco asambleas parroquiales, en los meses de octubre a febrero. En estas asambleas habrá oración comunitaria, reflexión en grupo grande y diálogo en grupos pequeños a partir de los materiales proporcionados por la Secretaría General de Sínodo.

LA FASE DIOCESANA EN BAILÉN

Las asambleas sinodales las vamos a tener las tres parroquias de Bailén juntas, en la Parroquia de La Encarnación. Serán el sábado por la tarde, según el calendario que podrás ver a continuación.

La primera asamblea sinodal la tendremos el sábado 30 de octubre, desde las 16:30 horas hasta las 19:00 horas.

Este es el horario:

16:30 horas: Llegada de las personas, acogida.
16:45 horas: Oración comunitaria en el templo.
17:15 horas: Charla/presentación de la temática de la jornada y del trabajo a realizar en grupos.
17:45 horas: Descanso. Café.
18:00 horas: Diálogo en grupos pequeños.
19:00 horas: Final de nuestro encuentro.

 

 

PREPARAR PERSONALMENTE EL ENCUENTRO

Para preparar el encuentro hay un documento con una breve exposición de la temática que tocaremos en la asamblea y con un cuestionario, que será el que servirá de base para los diálogos en grupos pequeños. Lo puedes descargar en tu móvil o tableta desde aquí.

Esta será, sin duda alguna, una experiencia de comunión entre las tres comunidades, una oportunidad bellísima para el reencuentro, el diálogo, compartir distintos puntos de vista y sobre todo, caminar juntos y construir juntos esta Iglesia de la que formamos parte.

¡OS ESPERAMOS!

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