Tercera semana de Cuaresma

Recuerda: esta Cuaresma ¡se acabaron las rebajas! Hay que poner el corazón al 100%
Nuestro camino sigue avanzando. En la semana primera te propusimos VESTIR DE ORACIÓN. En la segunda, CAMBIAR DE ESTILO. En esta tercera te proponemos RELEER TU HISTORIA y comprometerte. Vamos a fijarnos en un personaje que fue muy importante para la historia del pueblo de Israel. Se trata de Moisés, el elegido por Dios para liberar a Israel de la esclavitud en Egipto.
Dios le habló a Moisés a través de una zarza que ardía sin consumirse (un símbolo de la eternidad de Dios frente a la caducidad humana), y lo envió para que fuera al faraón de Egipto y lo convenciera para que dejara marchar a los israelitas.
Hoy, nuestro Dios también nos habla a cada uno de nosotros. Nos dice que nos ama y que os quiere –como a su pueblo del Antiguo Testamento– libres. Nos lo dice a través de nuestros padres, de nuestros amigos, de nuestros hijos, de la gente que comparte la vida con nosotros… A Dios siempre lo tenemos cerca, y podemos llamarlo a través de la oración…

Una historia de película

La Palabra del domingo

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián. Llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se quema la zarza».
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:  «Moisés, Moisés».
Respondió él: «Aquí estoy».
Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado». Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob».
Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios. El Señor le dijo:  «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel».
Moisés replicó a Dios: «Mira, yo iré a los hijos de Israel y les diré: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”. Si ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les respondo?».
Dios dijo a Moisés: «“Yo soy el que Soy”; esto dirás a los hijos de Israel: “Yo soy” me envía a vosotros».
Dios añadió: «Esto dirás a los hijos de Israel: “El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación”».
(Éxodo 3,1-8A.13-15)

Relee tu historia y pon el corazón al 100%

  1. Piensa en ti un momento, en tu familia, en aquellos que están a tu lado y te acompañan día a día. ¿Qué recuerdos tienes de momentos vividos con todos ellos?
  2. Todas las personas tenemos un lugar en el mundo, y un grupo humano del que formamos parte… Relee tu pasado, tu historia personal y de familia. ¿Qué ha hecho Dios contigo? ¿Qué te ha pedido? ¿Qué te pide hoy? ¿Sientes de algún modo que Dios te ha elegido para algo? ¿Pones tu corazón al 100% para hacer lo que Dios te pide?
  3. ¿Has experimentado en alguna ocasión un encuentro intenso de oración en el que sentías que Dios estaba contigo y te animaba a entregarte?
Compartir:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.