La charla de hoy ha sido muy instructiva y entrañable. Agradecemos a D. Raúl Contreras que haya hecho un hueco en su apretada agenda para estar un rato con nosotros y compartir su reflexión. Deseamos que sus palabras sirvan de provecho a todos los que las han escuchado. Os esperamos en la cita de mañana, la celebración del perdón: de la misericordia anunciada (las parábolas de la misericordia, día primero), a la misericordia vivida (las obras de misericordia, día segundo); y de esta, a la experiencia de misericordia en el sacramento.
Me ha surgido una duda sobre las 14 obras de misericordia. porqué; 2) Dar de comer al hambriento, 3) y dar de beber al sediento están en dos puntos separados, cuando la carencia de uno conlleva la carencia del otro?.
El hambre y la sed son las dos necesidades primarias básicas del hombre, que Dios, en su misericordia, ha cubierto. La Sagrada Escritura nos deja testimonio de ello: en el desierto, Dios alimentó a su pueblo (maná y codornices) y le dio de beber (agua de la peña). No solo estas dos necesidades van unidas; muchas veces las cuatro pobrezas de las que habló Raúl van juntas. Pero no necesariamente. Y aunque vayan unidas, se puede hablar de ellas por separado.