El domingo 11 empieza la 59ª campaña de Manos Unidas

Qué es Manos Unidas

Manos Unidas es la asociación de la iIglesia católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países en vías de desarrollo. Es, a su vez, una organización no Gubernamental para el desarrollo (onGd), de voluntarios, católica y seglar.
Manos Unidas mantiene dos líneas de trabajo:

  1. dar a conocer y denunciar la existencia del hambre y del subdesarrollo, sus causas y sus posibles remedios;
  2. reunir medios económicos para financiar los programas, planes y proyectos de desarrollo integral encaminados a atender estas necesidades.

Está presente en todo el territorio nacional, a través de 72 delegaciones. Sus fondos proceden de las cuotas de socios, una colecta anual en parroquias, aportaciones de colegios, empresas, organismos públicos, donativos, etc.

Manos Unidas nació como Campaña contra el Hambre para dar respuesta a una llamada de la Comunidad Internacional a unir esfuerzos y acabar con esa lacra en el mundo. Sesenta años después asistimos a lo que San Juan Pablo II denominó «la paradoja de la abundancia»: a pesar de que se produce lo suficiente para alimentar a casi el doble de la población mundial actual, sigue habiendo 800 millones de personas a las que se niega el derecho fundamental a alimentarse.

La campaña 59ª: «Comparte lo que importa»

En 2016, Manos Unidas inició un plan de trabajo a tres años con el objetivo de «plantarle cara al hambre» y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta.

Durante 2018, y con el lema «Comparte lo que importa», en Manos Unidas continuaremos trabajando para poner en común experiencias, iniciativas y propuestas que nos ayuden a vivir la solidaridad.

¿Qué compartiremos?

  • Iniciativas de acceso a los alimentos para el consumo humano y no para el beneficio económico.
  • Sistemas de producción de alimentos medioambientalmente sostenibles.
  • Propuestas contra la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Luchar contra el hambre es nuestra misión porque el hambre no es una fatalidad o un destino irreparable para muchas personas. El hambre es resultado de la injusticia: los bienes y las oportunidades que deberían ser suficientes para todos, han sido acaparados por unos pocos. Mientras, millones de personas no tienen lo necesario para vivir dignamente. Esto es lo que el papa Juan Pablo II denominó paradoja de la abundancia.

Compartir lo que importa es poner en común nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor en el que los derechos humanos sean respetados y donde cada persona pueda disponer de los medios necesarios para vivir con dignidad.

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