Estamos llegando a las fiestas de agosto. Como cada año, Bailén se vuelca en sus Patrona, recordando y haciendo suyo el Voto que a la Virgen de Zocueca hicieran nuestros antepasados.
En el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Sepan todos los presentes estantes en esta villa de Bailén y los que adelante irán sucediendo hasta el fin del mundo, cómo, hallándose esta dicha villa y sus vecinos afligidos del contagio de peste que Dios Nuestro Señor ha servido enviarnos en este año del nacimiento del Señor de mil seiscientos ochenta y uno, por lo mucho que a su Majestad tenemos ofendido a la divina justicia por nuestros pecados y que debemos temer otros mayores castigos; y siendo estas tribulaciones el único remedio que las Sagradas Escrituras y santos padres nos enseñan clamar a Dios Nuestro Señor e implorar su divina clemencia con fe viva y esperanza de que, con la enmienda, convierta sus iras y enojos, a que han dado causa nuestras culpas, en piedad y misericordia y que la oración y preces públicas nacidas de corazón humillado y contrito quitan a su Majestad el azote de la mano.
Por lo cual, esta dicha villa, considerando los grandes y continuos favores que por la intercesión de la Reina de los Angeles y Señora Nuestra María Santísima, reciben los fieles que devotamente la solicitan, propusieron de celebrarle para siempre jamás por día de fiesta el día cinco de Agosto de cada año de los venideros y ayunar su víspera que es el día en el cual la cofradía hace fiesta a la Señora de los temporales, amparo y protectora de esta villa, a la Santísima imagen de Nuestra Señora de Zocueca, haciendo para ello así los eclesiásticos como el cabildo y las demás personas particulares voto solemne.
HAGO VOTO Y PROMESA
DE CELEBRAR Y GUARDAR POR DÍA DE FIESTA
EL DÍA CINCO DE AGOSTO
Y AYUNAR SU VÍSPERA PARA SIEMPRE JAMÁS
POR MÍ Y EN NOMBRE DE MIS SUCESORES.