El pasado miércoles, día 15, hicimos nos reunimos en la Iglesia de la Encarnación en torno a los iconos de la Inmaculada Joven y el Santo Rostro, para hacer un rato de oración juntos y concluir las Asambleas Cristianas que, para preparar del Jubileo del Arciprestazgo, hemos hecho en nuestra ciudad.
Los iconos llegaron a la iglesia de manos de los chicos y chicas del colegio Sagrado Corazón, donde habían estado durante la mañana y ante los que los alumnos habían hecho sus oraciones y ofrendas. También algunos padres de los alumnos acudieron al salón de actos del cole para estar un rato ante los iconos.
En la celebración de la tarde algunas personas de las que habían participado en las asambleas dieron su testimonio y compartieron lo para ellos había supuesto la experiencia, que está llamada a repetirse en otras ocasiones. Aquí te dejamos algunos testimonios que venían escritos. Lástima que no podamos poner también los que dieron espontáneamente otros participantes, porque fueron impresionantes.
En nuestras asambleas semanales, hemos leído y meditado en común la Palabra de Dios, y nos hemos fijado en el mensaje que el texto bíblico contiene, y que es la Palabra viva de Dios.
Desde la palabra revelada, hemos dialogado un grupo de cristianos con Dios, como comunidad orante, dando testimonio de nuestra fe, dándole gracias a Dios y pidiendo por nuestros hermanos en Cristo, los pobres, los más débiles, los jóvenes, los emigrantes, etc., sabiendo que nuestro Dios es un Dios misericordioso.
Dando un mayor sentido a nuestras vidas, al compartir`nuestras vivencias con los compañeros de la asamblea, sin cortedad, a corazón abierto, e intentando seguir mejor a Jesús en su iglesia.
Para todos ha sido una experiencia nueva, una ayuda a la reflexión, y en lo personal para cada uno de los integrantes, ha sido una experiencia vivificante y que nos agradecemos unos a otros el haber compartido nuestro tiempo de oración en común.
Agradecemos esta nueva oportunidad de oración a nuestro párroco D. Juan Ignacio Damas, también a la coordinadora de nuestra Asamblea Cristiana Maxi Durillo, y al anfitrión Roque Navío por abrirnos las puertas de su casa y dejarnos su mejor salón para nuestras reuniones. Queremos hacer mención de las compañeras que con sus delicias de repostería han completado unas tardes de dulce.
En general gracias a todos.
Gracias, Señor, por regalarnos esta experiencia de las Asambleas. Es cierto que en principio las cogimos con un poco recelo, pero después de la primera salimos llenos de ti.
Ha sido una experiencia en la que memos compartido vivencias, oraciones, dudas y nos hemos enriquecido con tu Palabra y sobre todo de mucho amor, que nace de ti, Padre Dios de la misericordia.
Lo primero que queremos decir los miembros de este grupo es dar las gracias a nuestros sacerdotes por habernos reunido en estas asambleas que tanto bien nos han aportado a nivel espiritual y personal. La reflexión, comentario y meditación sobre las distintas lecturas nos han hecho sentir y vivir la misericordia de Dios muy de cerca, ya que quizá por saber desde siempre que es infinita no habíamos valorado suficientemente hasta ahora. Rezar, opinar y profundizar juntos nos han hecho tomar conciencia de que Dios siempre nos acoge y nos recibe con los brazos abiertos, sin reproches, si acusaciones ni condiciones, y así nos lo demuestra Jesucristo a lo largo de su vida. Por lo tanto, la misericordia y el perdón tienen que formar parte de manera permanente de nuestras vidas junto a la práctica de la caridad que va de la mano de la misericordia. Las asambleas nos han hecho reflexionar sobre la importancia de la oración y nos han ayudado a ser conscientes de que la misericordia tiene que estar presente en nuestros actos, pero sobre todo empezando por quienes tenemos más cerca. Nos ha resultado un gran descubrimiento la figura de San Dimas como ejemplo de humildad y entrega total a Cristo por su manera de pedirle poder estar con él en el paraíso. Al mismo tiempo, Jesucristo pone de manifiesto su infinita misericordia, respondiendo a la petición de Dimas con un perdón sin precedentes al asignarle un lugar a su lado en la gloria ese mismo día. Concluimos diciendo que contamos con la gracia de nuestro Padre y del Espíritu Santo para que nos ayuden a saber actuar con misericordia infinita como hizo Jesús.
Quiero compartir con vosotros las buenas experiencias de estas semanas en nuestra asamblea. La formamos un grupo de mujeres de diferentes edades, con nuestras convivencias, para compartir pasajes del Evangelio de una forma nueva, mirándolos desde la misericordia de Dios. Con las palabras y conocimientos de nosotras, que no tenemos grandes estudios sobre la Sagrada Escritura, pero sí con el corazón abierto para lo que el Espíritu Santo nos quiera decir. A cada una le ha gustado más un trozo distinto del Evangelio. Cada una con su experiencia en la vida le has sabido sacar jugo al trozo que le gustaba más: a una el del hijo pródigo; a otra el de Zaqueo… pero todas lo hemos hecho con cariño. Con buen humor hemos pasado unas tardes entretenidas y compartiendo, aprendiendo y creciendo en el amor de Dios. Con unos dulces que ninguna de las tardes nos faltaron.
Me siento afortunada porque he formado parte de una asamblea. En nuestras asambleas, vividas en la casa de Cáritas, un lugar ideal para llevar acabo la lectio divina, hemos experimentado un acercamiento más íntimo a Dios. Has sido un maravilloso medio para enriquecer nuestro conocimiento sobre la palabra de Dios y conversar con él de una manera hasta ahora desconocida para la gran mayoría. En cada una de las asambleas, después de reflexionar, resaltamos la misericordia de Dios, que está presente en todos sus actos y sus palabras. Y que a través de los compromisos semanales nos ha acompañado nuestras acciones diarias. Hemos sido un grupo pequeño de personas que hemos abierto nuestro corazón a Dios y a la vez lo hemos abierto entre nosotras, descubriéndonos más personalmente y uniéndonos más a través de la lectura de la Palabra del
Señor.
Gracias a vosotros por haberme dejado participar en las Asambleas de preparación para el jubileo diocesano de la Misericordia.
Me dijeron los coordinadores de la Asamblea en la que yo participé, que el miercoles se expondría las vivencias de las asambleas en la parroquia de la Encarnación y que fuera yo la portavoz de la que hemos celebrado en la Ermita de Ntro Padre Jesús.
Así lo hice, solo expresé mis sentimientos vividos que hacía mucho años que no lo expresaba. Las palabras fluyeron desde lo más hondo de mi corazón, por eso no necesité papel alguno para expresar mis sentimientos.
Gracias a la Asamblea Parroquial, gracias a todos los que habéis hecho posible estos encuentros, gracias a todos los que habéis hecho volver a experimentar el Amor, la Misericordia y el Perdón. María
Gracias a todos los participantes de todas las asambleas ,a nuestros parrocos ,a todas las personas imvolucradas de una forma u otra en estas jornadas de la Misericordia .
A las personas que hicieron posible que los Iconos estuvieran en nuestra parroquia .
Y gracias a Maria arrabal por querer acompañarnos
Hemos tenido unas esperiencias increibles