Un punto de partida y un punto de llegada
Después del encuentro arciprestal en Bailén, el día 9 de abril de 2016, y para preparar una más fructífera participación en el Jubileo del Arciprestazgo, que tendrá lugar en la Catedral de Jaén el día 19 de junio de 2016, os proponemos celebrar asambleas cristianas en las casas.
Qué son las asambleas cristianas
La asamblea cristiana es el encuentro de un grupo de personas que se reúnen en la casa de una de ellas para tener un encuentro en torno a la Palabra de Dios desde la oración, la reflexión y la puesta en práctica de esta a nivel personal, familiar y comunitario.
Esta experiencia de vida, que gira en torno a la Palabra Divina, hunde sus raíces en la experiencia de las primeras comunidades cristianas que, reunidas con un solo corazón y una sola alma, comparten la vida, las experiencias difíciles, tristes y dolorosas, pero también las alegres y dichosas (Hch 4,32).
La asamblea familiar debe darse en un contexto cálido y cercano, donde cada uno de los participantes pueda expresar sus sentimientos, experiencias y vivencias, pues todos se sienten acogidas y escuchados.
Los primeros responsables: animadores y dueños de casa
Para hacer la asamblea, lo primero que necesitamos es una casa donde reunirnos. Seguro que tenemos mucha gente generosa en nuestra parroquia que es capaz de abrir su casa un día a la semana para un grupo de personas que quieren reflexionar y orar juntas.
Después necesitamos un catequista o animador de la asamblea. No hará la función del maestro que tiene que enseñar a los que no saben, sino la del animador que procurará dar participación a todos y posibilitará que todas las voces sean tenidas en cuenta, procurando que ninguno de los participante cope todo el tiempo para él.
El animador y el dueño de casa pueden ser la misma persona, pero no necesariamente tienen que coincidir. Puede que haya una persona que quiera brindar su casa para la reunión, pero no se sienta preparada para moderar la misma. Y al contrario, alguien que está dispuesto a hacer de animador de la asamblea, pero que tiene dificultades para recibirla en su casa porque la sala que tiene es demasiado pequeña. Cada uno brinda a la comunidad lo que tiene y puede.
Pueden ser animadores de las asambleas los catequistas de la parroquia, los miembros de los equipos de Cáritas, los alumnos de la Escuela de Fundamentos Cristianos, los responsables de los grupos de Vida Ascendente, los que tienen responsabilidades en las cofradías… Seguro que a estas personas no les va a resultar difícil moderar los encuentros y encaminarlos a buen puerto.
Cómo se convoca una asamblea
El dueño de casa invitará a sus vecinos o conocidos a que vengan a su casa para los encuentros. Les explicará lo que se va a hacer, les dirá el día de la semana y la hora a la que tendrán lugar las asambleas. Además de decírselo oralmente, les entregará a sus invitados una octavilla recordatorio.
Lo ideal es que cada asamblea esté formada por un grupo de siete a quince personas. Si el grupo es muy pequeño es mejor juntarse con otro. Y si es demasiado grande hará que el diálogo sea más difícil.
Qué hacemos en la reunión
Básicamente lo que vamos a hacer en los encuentros es una lectura orante de la Palabra de Dios. Leeremos textos clave de la Sagrada Escritura, que nos van a hablar de la misericordia de Dios y dejaremos que Dios nos hable a través de ellos, nos interpele y suscite en nosotros la oración y el compromiso.
Vamos a seguir en los encuentros un itinerario clásico en la iglesia que se llama «lectio divina» y que tiene cuatro pasos, a los que hemos añadido un quinto.
Estos son los pasos de la lectura orante de los textos:
1) Lectura: ¿Qué dice el texto?
2) Meditación: ¿Qué me dice a mí (a nosotros) el texto?
3) Oración: ¿Qué le decimos a Dios, inspirados por este texto?
4) Contemplación: Miro y me dejo mirar por Dios (incluida en la oración).
5) Compromiso: ¿Qué me pide (nos pide) Dios que haga (hagamos)?
Qué materiales usaremos
Hay un folleto para cada una de las reuniones. En él está el texto bíblico que vamos a profundizar y las pautas para desarrollar cada uno de los pasos del itinerario. Se puede hacer una copia para cada participante, de modo que todos puedan tener delante el texto bíblico y las pautas y preguntas.
El animador puede ir leyendo en voz alta y lentamente o pedir a uno de los participantes a que lea en cada momento. E invitará a todos a responder a las preguntas, a intervenir o a respetar el silencio cuando el momento lo exija. Todos han de procurar no dar «enseñanzas» ni teorizar, sino hablar de experiencias y compartir su propia experiencia de fe. Y estar atentos a acoger la experiencia de fe de los demás.
Ofrecemos ocho folletos: todos ellos tocan de lleno el tema de la misericordia de Dios. Desde el encuentro del 9 de abril hasta el del 19 de junio hay tiempo como para tener ocho asambleas, pero cada parroquia o grupo ha de decidir cuántas puede hacer y elegir los textos que mas les gusten.
Dónde están los materiales
Los puedes descargar desde aquí.
Primero tienes una materiales de información:
1) Un folleto explicativo.
2) El cartel anunciador de las asambleas.
3) El cartel para poner en la casa donde se desarrolla la asamblea, para que el gente se entere.
4) También una octavilla que se puede usar para invitar a la gente y recordarles el día y la hora a la que se celebrará la asamblea.
En segundo lugar, tienes los folletos con el quien para las ocho reuniones, que se pueden imprimir dar a coaduno de los participantes.
Finalmente, también están colgadas en la página cada una de las ocho asambleas, para que los que no pueden asistir porque están enfermos o impedidos se sumen personalmente desde su casa al trabajo que los demás hacen en grupo. Se puede ller la reflexión online.
Material informativo
Folletos de las asambleas para cada participante
Para hacer la reflexión tú solo en tu casa