Después del encuentro arciprestal de pasado sábado y hasta la peregrinación arciprestal a la catedral de Jaén que tendrá lugar el domingo 19 de junio, tendremos asambleas cristianas en las casas para reflexionar y orar en grupos pequeños, partiendo de textos de la Sagrada Escritura que tratan de manera especial el tema de la misericordia de Dios.
Te invitamos a participar en alguno de los grupos e incluso, si tienes posibilidades, a ser animador de uno de ellos o a prestar tu casa recibiendo en ella a la gente.
Si quieres saber más de las asambleas cristianas infórmate en tu parroquia.
También puedes conocer mejor el proyecto presionando en el botón de abajo.
No estoy en ningún grupo de asamblea cristiana, pero me uno a todos ellos en este proyecto que se está desarrollando en Bailen para la preparación del jubileo del arciprestazgo desde este medio.
Asamblea 1: La parábola de la oveja perdida y la moneda perdida.
Esta parábola me invita a clasificarme bajo la luz de la Misericordia de Dios. Soy catequista una hora a la semana me reconozco “fariseo” las restantes horas del día con mi familia “pecador “y soy publicano por la ubicación entre los dos mundos. Ambas actitudes a quienes van dirigida la parábola me salpican, pero Jesús en mi busca regala cosas…y a mí me alegra encontrarlo cada día. Me compromete a reparar en las carencias que dispongo para ser catequista las 24 horas.
Cualquier persona que no intenta conocer a Dios en Jesús está perdida y desorientada. Una vez que en el intento se abre la puerta es imposible cerrarla. Yo ya no podría vivir sin Él. Sería mi infierno. Y me alegra mucho saber que la hermandad angelical celestial comparta con nosotros nuestra alegría de reconciliación con El Padre.
Asamblea 2: «El padre misericordioso» Jesús enseña y trasmite la manera de Ser y Obrar de Dios con esta parábola; nos describe el amor del Dios celestial utilizado como ejemplo alegórico el amor paternal que conocemos. El Señor retrata a su Padre, y revelada la foto aparecen los rostros de nuestros padres. Resalta también la Misericordia de Dios tomado como ejemplo en la actitud del padre con argumentos amorosos que utiliza a ambos hijos (un hijo esconde la voz del amor fuera de su corazón y el otro hijo manipula la voz endureciendo su corazón) para reconducirlos voluntariamente a su lado. El Señor Jesús une cielo y tierra en una impronta, dos semejanzas estampada en una misma imagen, la cual, proyecta el Amor Único y Verdadero en mayúscula, derivado de la paternidad. …Me siento, por decirlo de alguna manera, justificada, percibiendo ese amor diáfano, sufriente y fecundo en mi madre, y que yo, como puedo intento comprender y meditar. Ella me santifica… Dios Padre debió sufrir mucho viendo padecer en la Cruz a su buen Hijo mayor, y el Hijo debió sufrir mucho viendo a su Padre y a su Madre conmovidos de dolor por Él. Una situación de extrema angustia. Ambos saben la necesidad inevitable de esta consumación victoriosa para la operación rescate y salvífica en el Espíritu Santo de los hijos menores. La Misericordia de la Santísima Trinidad sigue sufriendo ante la ambigüedad e ingratitud recibida de su impronta, quiénes sigue en espera paciente, y anhela el deseo inminente y festejado. regreso a casa de sus hijos pequeños como ocurre en la parábola.