El Obispo ha renovado el Consejo Episcopal de la Diócesis. En esta carta, dirigida a los sacerdotes, presenta su nueva composición y a los sacerdotes que ha elegido para que forman parte de él. Pide a los compañeros los acojan y ayuden, y agradece su tarea a los que constituían el el anterior Consejo.
Queridos hermanos sacerdotes:
Como ya he ido señalando en algunas de mis intervenciones, quiero que mi ministerio entre vosotros tenga la orientación pastoral que hoy mueve a toda la Iglesia, la de una Iglesia diocesana en misión. Me consta que ya iba por ese camino, guiada por el buen hacer pastoral de nuestro querido Don Ramón. No obstante, considero que es legítimo que el nuevo obispo actualice desde la gratitud a lo recibido esa hoja de ruta ya marcada. Es por eso que he pensado que tenía que señalar las grandes líneas de acción del camino que me gustaría que hiciésemos juntos y entre todos en los próximos años. Eso es justamente lo que he querido plasmar en el diseño del Consejo de gobierno con el que quiero abordar mi ministerio en la diócesis.
Como podéis comprobar, las vicarías que os presento están pensadas para un servicio que abarca a todas las dimensiones de la vida diocesana. El esquema pastoral que las configura está pensado para la animación de la vida de nuestras comunidades parroquiales. Es por eso que me gustaría que este mismo esquema orientase siempre nuestro proyecto pastoral. Con este mismo esquema me gustaría que orientásemos todo el proyecto comunitaria de la pastoral de la diócesis. A los sacerdotes que me van a acompañar en este servicio diocesano les he pedido que se sitúen en su tarea en esta misma orientación.
Para cada una de las vicarías he elegido a un titular, que será miembro del Consejo episcopal. Cada uno de los vicarios episcopales coordinará las delegaciones y secretariados que caigan en su campo específico de acción. También procurarán que haya un enriquecimiento mutuo entre los organismos diocesanos y los secretariados.
Al frente de la Vicaría General, institución necesaria como todos sabéis en la Iglesia diocesana, seguirá Don Francisco Juan Martínez Rojas. Él será mi colaborador más inmediato y el hermano mayor del consejo de gobierno, de la curia diocesana y del presbiterio diocesano. Me acompañará y representará, por ser el alter ego del Obispo.
La Vicaría de Evangelización la he pensado para una dinamización de la vida de la diócesis en todas sus instituciones, en una línea misionera. Será responsable de provocar y acompañar la reflexión y la acción comunitaria, en orden a que entre todos situemos a nuestra Iglesia diocesana en estado permanente de misión. Será responsable de este área pastoral Don Juan Ignacio Damas López.
He pensado que convenía crear una Vicaria de Comunión y Coordinación, a la que le encomendaré la conjunción de objetivos y funciones, especialmente en lo que se refiere a la coordinación entre los arciprestazgos, vertebradores de la pastoral diocesana; así como una adecuada relación, para un enriquecimiento pastoral, entre arciprestazgos, parroquias y delegaciones diocesanas. Este servicio lo va a llevar a cabo Don Andrés López Ángeles.
La Vicaría Episcopal de Caridad y Acción Social, en la que se va a promover la acción caritativa y social en la diócesis con una atención especial a los más pobres en toda las pobrezas, la va a gestionar Don Juan Raya Marín, tal y como lo ha estado haciendo hasta ahora. De un modo especial le voy a pedir que promueva la conciencia social en la vida de la Iglesia diocesana.
Para que estén presentes en el Consejo de Gobierno todas las mediaciones eclesiales, he considerado conveniente crear la Vicaría de Culto, Espiritualidad y Vocaciones Específicas, que llevará Don Raúl Contreras Moreno. Desde ella se cuidará lo referente a la celebración de la fe, a la espiritualidad, a la oración, la pastoral bíblica, la piedad popular y la pastoral vocacional.
Formará parte del Consejo episcopal la Vicaría de Asuntos Económicos. Con ello quiero que la economía diocesana tenga rostro pastoral, esté atenta a la realidad diocesana en todas sus necesidades y tenga siempre presente en su gestión toda la diócesis. Será responsable de esta Vicaría Don Rogelio de Jesús Garrido Checa.
Os pido que acojáis con afecto a los compañeros que han tenido la disponibilidad de asumir el servicio que acabo de pedirles. Por suerte, nuestro presbiterio es rico en capacidades y estoy convencido de que podría haber elegido a otros entre vosotros; pero como la responsabilidad ha recaído sobre mí, le he pedido luz al Señor y he llegado a la conclusión de que los nombrados lo van a hacer muy bien. Estoy seguro de que vuestro apoyo a estos hermanos me va a hacer sentir que no me he equivocado.
Esta renovación supone que algunos de los sacerdotes que desde hace bastantes años han formado parte del Consejo Episcopal como vicarios no van a seguir en sus funciones, aunque estoy convencido de que tienen capacidades y merecimientos de sobra para continuar ejerciéndolas. He pensado no obstante que en este nuevo proyecto tenía que contar con otros hermanos sacerdotes y así se lo he manifestado. He de decir que he encontrado en ellos toda su comprensión y afecto. Por mi parte, quiero dejar constancia de mi gratitud a Don Francisco Rosales Fernández y a Don Antonio Garrido de la Torre por la labor realizada al servicio de la Diócesis y por la ayuda que me han prestado en estos primeros meses como obispo de Jaén. Como podéis comprobar, no estarán en el Consejo Episcopal el Vicario Judicial y el Canciller. He considerado que es conveniente que estas dos instituciones recuperen la autonomía de sus altas funciones. Naturalmente, siempre que les necesite, recurriré a sus titulares para que me ayuden en el gobierno diocesano.
Por último, aprovecho para daros las gracias por la propuesta de nombres que desde cada arciprestazgos me habéis hecho para que elija a vuestro arcipreste. Como podéis comprobar he sido continuista, entendido que también vosotros lo erais en vuestras propuestas.
Con mi mayor afecto por todos vosotros.